Sarah Murdoch, la modelo de los 90 y expresentadora cuyo marido acaba de heredar el mayor imperio mediático del mundo

El magnate que inspiró Succession ha dejado Fox y News Corp. en manos de su primogénito, Lachlan, casado desde 1999 con la británico-australiana Sarah Murdoch, modelo nacida en Croydon (como Kate Moss) y protagonista de uno de los momentos más embarazosos de la historia de la televisión.
Lachlan Murdoch y Sarah Murdoch en una cena de Estado en la Casa Blanca.Paul Morigi/Getty Images

En la vida real ha ganado Kendall, y Logan Roy disfruta de una merecida jubilación: Rupert Murdoch, la figura eterna de los medios, milmillonario con una fortuna estimada en más de 16.500 millones de euros, y que lleva 71 años al frente del grupo News Corp. (al que más tarde añadiría Fox), ha anunciado su retiro a los 92 años. Y también quién será su sucesor: Lachlan, su primogénito, nacido en Londres, criado en New York y formado profesionalmente en Australia, donde conoció a su mujer, Sarah O'Hare, Sarah Murdoch desde 1999.

La abrupta dimisión de Lachlan como cabeza de News Corp. en 2005, y sus idas y venidas durante la turbulenta década siguiente inspiraron la trama principal de Succession. Pero en realidad ha tenido una vida más estable que el Kendall Roy al que inspiró: Sarah y Lachlan llevan felizmente casados 24 años, y tienen dos hijos, Kalan (en 2004) y Aidan (en 2006) y una hija, Aerin (2010), durante muchos años la favorita de Rupert Murdoch.

Pero Sarah Murdoch ya tenía su propia carrera cuando conoció al rico heredero (cuya fortuna personal, hasta el anuncio de la sucesión, se estimaba en más de 3.500 millones de euros). Principalemente como modelo. Murdoch nació en 1972 en Croydon, el extrarradio londinense del que también salió la supermodelo Kate Moss, aunque hay notorias diferencias en sus carreras. Para empezar, Murdoch se crio en Sidney, Australia, y empezaría su carrera a los 17 años apoyada en su imponente estatura (1,78 metros) y un físico atlético. Desde allí terminaría en una de las capitales de la moda, París, donde se convertiría en modelo de pasarela, primero, y en protagonista de numerosas portadas y campañas durante la década siguiente.

Su noviazgo y matrimonio con Lachlan coincidió con una de sus etapas de mayor éxito profesional: portadas de Vogue, de los especiales del Swimsuit Sports Illustrated, campañas para Wonderbra, paseos por algunos de los late night de la época (en el de Conan O'Brien, por ejemplo)… Y una casi carrera cinematográfica: en el año 2000 aparecía como secundaria en un episodio de Friends, por entonces la serie de mayor éxito del planeta. Y un año después, como una de las cuatro secundarias en Cómo perder la cabeza, una prescindible (siendo generosos) comedia romántica.

La película fue un fracaso doble: en taquilla y en crítica, pese a contar con Freddie Prinze Jr., que por alguna razón en esa época funcionaba como reclamo en los carteles. Pero, como cuenta el periodista Paddy Manning en su biografía de Lachlan Murdoch, “Sarah sólo tenía un papel secundario y nadie podía echarle la culpa de que el guion fuera espantoso, pero decidió retirarse de la actuación y jamás volvió a aparecer en otra película”.

Murdoch decidió entonces abrirse paso en la televisión australiana. Primero como copresentadora de un matinal (en una de las cadenas rivales del grupo empresarial de su suegro) y luego con algo más cercano: la versión australiana de Next Top Model (lo que aquí conocimos como Supermodelo durante los primeros años de vida de Cuatro). Esto ya con Fox y con su propia productora detrás. Sin embargo, en 2010 le pasó lo peor que le puede pasar a alguien en un concurso en directo: anunció a la ganadora equivocada.

Todavía faltaban siete años para que Warren Beatty y Faye Dunaway hiciesen lo mismo en los Oscar, así que Murdoch se encontró en una situación mucho más solitaria. Y decidió dimitir al año siguiente. En 2012 se atrevió con otro reality, de los de baile, pero tampoco tuvo mucho éxito y no llegó a terminar ni una temporada. Desde entonces, vive retirada de las cámaras, aunque no de los focos.

Porque desde la vuelta del hijo pródigo al grupo familiar, allá por 2018, y con todos los honores, a los Murdoch los hemos visto en todo tipo de escenarios: desde la fiesta de los Oscar de Vanity Fair hasta las cenas de Estado con invitados en la Casa Blanca, además de foros de milmillonarios que ya vimos retratados en Succession, como la reunión de Sun Valley.